miércoles, 30 de enero de 2019

LLUVIA Y GRANIZO (INFORMACIÓN GENERAL)

Lluvia y granizo

Lluvia torrencial en el muelle. Se ven mesas y sillas.

A continuación hallarás información general y muy interesante acerca de la lluvia y el granizo:


  1. Trozo de granizo gigante en la ciudad de Heidgraben
  2. Cuando la lluvia y el granizo provocan daños
  3. Cómo se forma la lluvia
  4. La coalescencia
  5. De las nubes llueve siempre
  6. El pluviómetro
  7. Formación de granizo
  8. La lucha contra el granizo
  9. Otros artículos interesantes


Trozo de granizo gigante en la ciudad de Heidgraben


Heidgraben es una tranquila ciudad alemana, en la cual no ha nacido ningún genio de la ciencia, ningún compositor ha escrito sus obras, ningún poeta ha compuesto una oda célebre. Tampoco hay una hostería donde haya dormido Napoleón. Sin embargo, posee su granito de notoriedad.

Para ser exactos, habría que hablar de grano, porque Heidgraben es el lugar donde se ha recogido un trozo de granizo gigante (uno de los más grandes de que se tiene noticia).

¡Este trozo de granizo pesaba 1 kilo 800 gramos! Tenía 25 centímetros de largo y 14 de ancho: algo simplemente descomunal.

Su caída no provocó, por fortuna, ningún daño; pero es de imaginar si hubiera caído encima de algún habitante del lugar; por cierto no habría podido contar su aventura a nadie…

Cuando la lluvia y el granizo provocan daños

Coche dañado por la caída de granizo.

Por desgracia, el granizo no necesita alcanzar proporciones tan excepcionales para provocar grandes daños. Esto lo saben bien los agricultores, cuando ven sus campos devastados.

Muy distintos, por cierto, son los efectos de la otra precipitación -la lluvia- que siempre es necesaria y benéfica (por supuesto, mientras no se convierta en un diluvio destructor y catastrófico).

Cómo se forma la lluvia

Esquema con el ciclo de formación de la lluvia.

El mecanismo de formación de la lluvia es muy simple. Está formada por el agua que se evapora de la superficie de los océanos (los grandes tanques de agua del mundo) y vuelve a la Tierra como consecuencia de su condensación, al entrar en contacto con las capas frías de la atmósfera.

En efecto, el calor del sol hace transformar en vapor una parte del agua de los mares, ríos y lagos.

Las gotas de agua de que se forma la nube tienen un diámetro medio de 1/100 de milímetro, y una de ellas emplearía 16 horas en caer en línea vertical, si la atmósfera estuviera en completa calma. Pero, como en la práctica la misma se halla siempre en movimiento, estas gotitas, moviéndose a su vez en diferentes sentidos en el seno de la atmósfera, no caen.

Cabe preguntar entonces ¿por qué cae la lluvia? Intentaremos explicarlo de la manera más simple.

La coalescencia


La causa general de la lluvia es el crecimiento de una gotita hasta las dimensiones suficientes para hacerla caer. Este proceso -del que se puede decir que depende la vida en la Tierra- se denomina “coalescencia” (del latín “coaléscere”, unirse).

Para que las gotas de agua caigan, es suficiente que alcancen el diámetro de 1/10 de milímetro (o más, con un máximo de 5 milímetros).

Considérese que una gota “pronta” a caer, contiene una cantidad de agua hasta un millón de veces mayor que la gotita originaria…

La coalescencia se puede producir de dos maneras:

  1. Por choque. Las pequeñas gotas que constituyen las nubes son “sacudidas” violentamente por los vientos. Cuando sus trayectorias se cruzan, chocan entre sí y se funden, dando origen a gotas de mayor tamaño que, al alcanzar un determinado peso, caen en forma de lluvia.
  2. Por derivación de cristales de hielo. Cuando en medio de las nubes tormentosas (cumulonimbos), a causa de la temperatura muy fría, se forman agujas de cristal, puede suceder que éstas, al caer, atraviesen una capa de aire cálido. En este caso, se funden y llegan a la Tierra transformadas en lluvia.


De las nubes llueve siempre

Lluvia cayendo de las nubes, con tormenta eléctrica.

El fenómeno de la coalescencia en el interior de las nubes sucede siempre. Por ello, cuando el cielo está muy cubierto pero no vemos caer agua, no significa que no esté lloviendo. Significa, simplemente, que la lluvia no llega hasta el suelo.

En efecto, a veces sucede que, en su caída, las gotitas de lluvia hallan una capa de aire cálido y seco y se evaporan de nuevo. En ese caso no llueve en la Tierra.

Si, en cambio, el aire que está debajo de la nube es frío, las gotas de lluvia lo atraviesan y llegan hasta la Tierra; más aún, aumentan de volumen, porque se cargan con la humedad del aire atravesado.

Por ello las primeras gotas de lluvia suelen ser más grandes; en cambio, las que caen después, al transitar una capa de aire ya “descargado” de la humedad, llegan al suelo tal como se han formado.

Todo ello explica también, por qué en ciertas regiones no llueve nunca o casi nunca, aunque en el cielo haya nubes. El aire del Sahara, por ejemplo, es siempre tan cálido y seco, que impide a las gotas de lluvia llegar al suelo.

El pluviómetro

Pluviómetro sobre una colina, para medir la intensidad de la lluvia.

La intensidad de la lluvia y de todos los otros tipos de precipitaciones en una cierta zona, se mide a través del “pluviómetro de taza”. Se trata de un instrumento muy simple, constituido por un tubo graduado, el cual permite medir la cantidad de agua que ha caído en un determinado período de tiempo.

Algunos pluviómetros cuentan con una taza de dos compartimientos; cuando uno de ellos se colma, es posible inclinar y verter su contenido en un recipiente especial, al tiempo que se llena el otro.

Pluviómetro fabricado en casa. Mide la intensidad de la lluvia.
Cualquier interesado puede fabricar un pluviómetro. Bastará con emplear un vaso, más bien alto, en cuyo exterior se encolará una tira de papel milimetrado, ya que la lluvia se mide en milímetros por hora, por día o por año, según lo que dure la observación.

Sin embargo, deberá cuidar que el vaso sea perfectamente cilíndrico; es decir, que tenga la abertura del mismo diámetro que los “lados” y el fondo. De lo contrario, la observación resultará falseada.

Evidentemente, en la actualidad existen dispositivos electrónicos especiales, capaces de registrar y almacenar datos concretos durante las diferentes observaciones meteorológicas, vinculadas a la medición de precipitaciones.

Formación de granizo

Formación de granizo. Dos manos sosteniendo cinco piedras de granizo.

El mecanismo de formación de granizo es más difícil de verificar que el que origina la lluvia; pero es igualmente simple. Se basa siempre en las diferencias de temperatura entre una capa y otra de la atmósfera.

En este caso, una corriente de aire lleva hacia arriba los granitos de polvo y de arena; los más grandes vuelven a caer pronto al suelo; los más pequeños, en cambio, continúan elevándose. Si finalmente éstos encuentran una nube, provocan la “condensación” de las gotitas de agua que la misma contiene en su superficie. Tal es el primer paso hacia la formación del granizo.

Si estas gotas tienen debajo una capa de aire frío y húmedo, caen como lluvia común; si, en cambio, se encuentran por encima de una capa de aire caliente, se evaporan después de una breve caída. Pero, si una nueva corriente de subida las impulsa a una altura superior, allí, por efecto de la menor temperatura, se congelan y se transforman en granitos de hielo.

Estos granitos son microscópicos y no llegarían nunca al suelo en estado sólido. No obstante, si el fenómeno que ha causado su formación se repite, vuelven a subir y se cargan de nueva humedad, aumentando su volumen, hasta que no se sostienen más y caen sobre la Tierra, por efecto de la gravedad.

Lucha contra el granizo


En caso de que el granizo sea muy pequeño (hasta un par de milímetros), los efectos de su caída no suelen ser graves; a lo sumo, causará un poco de fastidio a aquellas personas que se encuentran al aire libre. Pero si las dimensiones del mismo aumentan, entonces habrá destrozos. Cosechas enteras son a veces destruidas a causa del granizo, y el trabajo de los agricultores, que por lo general ha durado varios meses, simplemente se deshace en pocos minutos.

En consecuencia, se han realizado estudios muy cuidadosos para tratar de prevenir este fenómeno, y de ordinario se logra éxito en su intento.

A fin de combatir el granizo se suelen lanzar cohetes contra las nubes, en las cuales los trocitos de hielo se hallan subiendo y bajando. La explosión de estos cohetes especiales, por lo común de un metro de largo y con una pequeña carga en la parte anterior, provoca un brusco movimiento de aire, capaz de “cortar” las corrientes en las cuales circula el granizo. En esa forma, el mismo cae a la Tierra antes de alcanzar dimensiones peligrosas.

Información extraída de Enciclopedia Estudiantil.

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