miércoles, 9 de septiembre de 2009

LAS LÍNEAS DE NAZCA, UN MISTERIO A DESCUBRIR


Vista de las líneas de Nazca. Figura de pájaro con las alas abiertas

Líneas de Nazca


Aunque los símbolos del desierto de Nazca forman la más espectacular colección de geoglifos -o dibujos sobre la tierra- del mundo, no son únicos. Acompañándoles en misterio se encuentran las efigies similares -de serpientes, aves y seres humanos- halladas en las colinas del sudoeste de Norteamérica y formadas por las enigmáticas esculturas de los antiguos constructores de túmulos del centro y sur de los Estados Unidos. En la parte suroeste de Inglaterra, en las laderas de las colinas, encontramos siluetas de seres humanos y de caballos, cuyos orígenes se pierden en la prehistoria y que fueron mantenidas cuidadosamente hasta bien entrada la era moderna por los pobladores locales, quienes sabían bien poco o nada sobre el propósito original de esas efigies. El aspecto más desconcertante, con diferencia, de estos trabajos gigantes, es que muchos de ellos no pueden ser vistos enteramente desde el suelo. Sólo desde una cierta altura empiezan a adquirir una forma reconocible. El misterio de por qué fueron construidos y quién se esperaba que los viera, ha confundido a arqueólogos e investigadores durante años.
De todos los geoglifos que hay en el mundo, ninguno ha atraído más atención sobre sí -o ha provocado más controversias- que los de Nazca. Desde los tiempos de Kosok, los arqueólogos han elaborado mapas de las miles de líneas, algunas de las cuales se extienden por espacio de hasta nueve kilómetros, y de docenas de figuras, incluidas 18 aves con longitudes que oscilan entre los 9 y los más de 150 metros. Se encuentran desperdigados por los aproximadamente 900 kilómetros cuadrados de una árida meseta situada entre la vertiente oeste de los Andes y la costa peruana, donde una combinación fortuita de la geología y el clima ayudó a crear un medio ideal para los artistas terrestres de Nazca.
Recubriendo la base de arena amarilla y arcilla del desierto existe una fina capa de rocas volcánicas y de pedruscos ennegrecidos a causa de su larga exposición a la atmósfera. Las líneas que hay sobre esta también llamada pizarra natural son poco más que rasguños en la superficie, hechos raspando unos pocos centímetros de rocas hasta dejar al descubierto el pálido subsuelo. En otro clima, la erosión las hubiera borrado en pocos meses, pero Nazca es una de las regiones más secas de la Tierra, con un promedio que ronda tan sólo el centímetro y medio de lluvia cada dos años. La erosión del viento es también mínima gracias a una capa de aire cálido e inmóvil que se extiende a ras del suelo. Esta coraza termal se forma a causa de las rocas de coloración oscura que absorben la energía solar y despiden calor. Desnuda de vegetación, la inmemorial meseta de Nazca es tan árida y tiene un aspecto tan extraterrestre que los observadores la han comparado con la superficie de Marte.

(Información extraída del libro "Lugares Enigmáticos").

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